MORIR EN TU BOCA

Te escuché decir muchas veces que el destino es incierto. Sin embargo, yo siempre tuve dudas de eso: ¿cómo puede ser incierto algo que nos sucederá a todos y que no le sucedió a nadie? Por esa certeza te escribo. Para oír los chistes que cuentan las agujas del reloj. Para reír de las bromas de mal gusto que juegan las circunstancias. Para que amanezca tu sonrisa luego del ocaso del séptimo día. Para atesorar, dentro de un cofre de madera, el valor y la cobardía de cerrar los ojos y retener un suspiro. Para vencer en una hoja de papel el terror del olvido, hagamos el amor con este último beso, el de mi letra en tus labios. 

Así habló Sísifo


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